El país es una taza de leche

Cuando el pasado 4 de julio, Día de la Independencia de los Estados Unidos invité a mi pariente espiritual a que me acompañara a celebrar esa fecha izando las banderas de Bolivia y de EEUU en mi pequeño jardín, la cholita se negó a participar del tal acto, temiendo represalias de la Cumbre Antiimperialista que se realizó casi simultáneamente con la fiesta patriótica norteamericana, por lo cual actué solitariamente y como no sé la letra del himno estadounidense, entoné la letra del My Way, evocando al abuelo de los ojos azules.

Este incidente casi familiar fue rápidamente superado al preguntar a la cholita cochabambina cuál era el panorama noticioso del día, pues me “tinkaba” que la jornada sería conflictiva, extremo que ella negó, pues Bolivia en este fin de semana era “una taza de leche”, expresión popular que sirve para señalar la absoluta tranquilidad en determinado escenario, por lo cual me di cuenta de que mi comadre temía intranquilizarme pintándome un falso ambiente en el escenario donde trabajamos y vivimos.

Pensé para mis adentros que si nuestro país llegaba a vivir la tranquilidad de una “taza de leche”, más exacto sería decir “el país es una taza de leche, pero hirviente”.

En efecto, las noticias que Macacha me trajo hablaban de un motín policial protagonizado por los sargentos y suboficiales de la Policía Boliviana en todo el territorio nacional.

Dije a mi comadre Macacha que la noticia me parecía muy grave, pero la cholita se rio de mis temores y me manifestó que mis miedos le parecían infantiles y que nuestro país continuaría marchando tranquilo hacia las elecciones de octubre, en las cuales triunfaría nuevamente el candidato Evo Morales, que hoy tiene la sartén por el mango y sabe ya cuánta votación tendrá, dato que solamente conocen él y sus amigos del Tribunal Supremo Electoral.

“No se preocupe, compadrituy, porque en nuestro país pasa todo y no pasa nada, como dijo el Dr. Paz Estenssoro”, pero mis temores continuaron porque sigo creyendo que vivimos irresponsablemente durmiendo, bailando y “chupando” junto al cráter de un volcán.

Macacha continuó sonriendo ante mis preocupaciones y malos augurios y no pudo evitar una carcajada cuando le hable de un bloqueo de caminos y un paro de actividades en Uyuni y de otros bloqueos en varias regiones del país, explicándome con palabras sencillas que en la época pre –electoral todos piden y exigen obras al candidato porque en este tiempo el candidato accederá a todos los pedidos y exigencias de los votantes, por lo cual ella permanecía tranquila, lamentando que yo no comprendiera todo lo que está sucediendo.

Al final disipó parcialmente mis temores asegurándome que los policías amotinados obtendrán lo que exigen y todas las regiones y pueblos del país alcanzarán todo lo que hoy exigen, reiterándome que “nuestro país es una taza de leche”, leche hirviente, pero leche. Si una chola cochabambina así lo dice, yo le creo porque ella tiene las ideas más claras que yo que no bebo lechecita hace muchos años porque siempre sostuve que la leche es fea y ese es el motivo por el cual las guaguas lloran.