Descubrimiento de América

Mi socia periodística que anda a la caza de noticias para ofrecerlas primicialmente a nuestros lectores me sorprendió al confesarme que ignoraba la llegada de Cristóbal Colón a América porque se trataba de un asunto muy antiguo que nada tuvo que ver con Quillacollo, donde transcurrió su infancia.

Su humilde confesión me conmovió y traté de perdonarla diciéndole que yo tampoco sabía mucho al respecto, recordando solamente que ese acontecimiento sucedió un12 de Octubre de 1492, hace más de quinientos años.

La buena cholita me preguntó qué sucedió en nuestro territorio en aquellos años, a lo que respondí: “Me parece que por entonces formábamos parte del Imperio de los Incas, entonces bajo el mando de Atahuallpa, quien recibió la noticia del desembarco mucho tiempo después”.

La palabra Atahuallpa le cayó en gracia a mi comadre, quien sonriendo me dijo que en su idioma materno tal vez pudo significar “una persona que ata o cuida a las gallinas”, lo cual no consta en ninguna tradición, aunque no puedo negar que el nombre del monarca quechua cayó simpático a mi pariente espiritual.

Este tema tan exótico para ambos llevó a la inquieta cholita a querer saber los motivos por los cuales algunas tendencias parecen mostrar alguna simpatía hacia el retorno a épocas de Atahuallpa, inquietud que no pudimos explicarnos, pues en esos tiempos lejanos éramos súbditos de un monarca extranjero, cuyo trono estaba asentado en el exterior. ¿Qué ventajas acarrearía para nuestros compatriotas volver a los tiempos de Atahuallpa?

Ni Macacha ni yo comprendimos ese afán de retornar a los tiempos de Atahuallpa.

Como la cholita es vivísima, me preguntó si entre los Descubridores de América figuraba alguno de mis remotos antecesores, respondiéndole con sinceridad que yo lo ignoraba, comentándome la cholita que a ella le habría gustado que mi esposa (que también es su comadre) hubiera tenido entre sus ascendientes a algún español que estuvo a las órdenes del visionario descubridor de América, aunque tal hazaña sucediese de casualidad, pues él buscaba entre mares desconocidos unas aguas que lo pudieran llevar a las Indias.

Después de nuestras rememoraciones históricas que celebra todo el mundo, la cholita cochabambina me pidió disculpas por no haber conversado conmigo acerca de las elecciones que hoy se realizan en nuestro país, aunque tuvo que reconocer que fue preferible viajar tras las sombras de Cristóbal Colón y sus compañeros de aventura, que tener que navegar por los mares procelosos de nuestras contiendas políticas que desembocan en el Océano de los Apetitos.