La noche de los calzones rojos

El título de esta crónica es aparentemente escandaloso en un periódico serio como el que tiene ante sus ojos, pero no cabe otro, pues lo he tomado de una invitación que acabo de recibir de un denominado “Comité Pro Reelección Indefinida del binomio Evo y Álvaro para la conducción del Estado Plurinacional”, gentil esquela que prescribe para los convidados el uso de calzones rojos.

Ante una invitación tan amable de una organización tan seria e importante, mi colaboradora periodística me dijo: “no podemos dejar de asistir a un baile de Año Nuevo con nuestros calzones rojos y mucho más si la fiesta se realizará en el naiclú “Malena” de la ciudad de El Alto, que es el principal reducto de nuestros amigos yatiris (léase brujos andinos) Calimán, Mandrake y Titirico”.

La decidida y alegre cholita me munió de unos hermosos calzones rojos, ella vistió los suyos y ambos montamos en mi poderosa motocicleta Harley Davidson que nos condujo al naiclú, situado a la vuelta del famoso motel “Devórame otra vez”.

Inspectores masculinos y femeninos verificaron el color de nuestros calzones y nos franquearon las puertas de los amplios salones del “Malena”, que ya se hallaba en estado de ebullición.

Todo lo más granado y selecto de nuestra clase gobernante, vale decir: ministros, viceministros, legisladores, jueces, fiscales, supremos constitucionalistas y tribunos electorales, además de “tira sacos”, yatiris y curanderos estaban allí y saludaron cariñosamente a mi colaboradora la cholita cochabambina, aunque unos pocos me miraron desconfiados e indiferentes, menos uno, quien al reconocerme exclamó: “Hasta los sobrevivientes de la juventud del Partido Liberal están con nosotros que luchamos por la reelección indefinida de Evo y Alvarín”.

La noche de los calzones rojos creció en entusiasmo conforme pasaba el tiempo y llegó al éxtasis cuando todos nos pusimos a bailar el “french cancán”, o sea el cancán como lo bailan las francesas en el Moulin Rouge, algo que antes sólo vimos en las películas. Así todos pudimos mostrarnos mutuamente los calzones rojos, cual prescribían nuestras invitaciones.

Fue una noche de película musical y emocionante, después de la cual salimos todos convencidos de que a partir de febrero del próximo año la fórmula Evo-Álvaro gobernará indefinidamente nuestro Estado Plurinacional, Multilingüe y Folclórico, sobre todo Folclórico.

Cuando al retornar quise proponer a mi corresponsal periodística mostrarle mis calzoncillos rojos, ella se había hecho humo, y no pude decirle “Feliz Año Nuevo, cholitay”.