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[Geraldine Zambrana]

Según residentes bolivianos

Francia y el pluralismo a través del fútbol



La constitución del equipo de Francia compuesta mayoritariamente por los hijos de la inmigración africana no pasó desapercibida.

Luego del último partido del Mundial Rusia 2018, realizado el 14 de julio pasado, aún se mantiene vivo los gratos momentos que dejó aquel acontecimiento, por constituirse en una fiesta plural e inclusiva, donde Francia salió campeona del torneo, gracias a los hijos de la migración africana, y Croacia se destacó de manera brillante.

Los habitantes de Villejuif, un suburbio al sur de París, continúan recordando la victoria futbolística, para muchos una victoria deportiva, que de manera sorprendente, despertó un fuerte sentimiento identitario y pluralista, sobre todo de pertenencia y de unión.

“BLACK, BLANC, BEURRE”

Abdou Diallo, empresario en el sector de la alimentación, asistió con su esposa e hijas a la final en el café de su barrio. Entre festejos, gritos, y bocinas, tras abrazar a toda su familia, compartió su alegría por el resultado con una gran sonrisa. “Cómo lo puede ver, estoy muy contento que Francia haya ganado el Mundial”.

Hablamos del equipo de Francia y sus jugadores. “El equipo de Francia a mi manera de ver se caracteriza por su técnica, su velocidad y despreocupación. Es un equipo joven y no les importa ser intrépidos y tomar riesgos. Mi jugador predilecto es Kanté, no se habla mucho de él, pero es el jugador de media cancha que manejó todo el equilibrio del juego. Si se realizaron buenos ataques fue gracias a sus pases precisos”, dijo.

La constitución del equipo de Francia, compuesta mayoritariamente, por los hijos de la inmigración africana, no pasó desapercibida, por lo que muchos hablaban en relación de los orígenes africanos de los futbolistas franceses.

“Yo soy senegalés y también soy francés. Vivo aquí hace más de veinte años con mi familia, con mi esposa y mis hijos que nacieron aquí. Viví la experiencia de la primera victoria, hace veinte años, en 1998, y recuerdo que en el Arco de Triunfo se elevaron pancartas con las insignias “black, blanc, beurre”, ‘black’:negro, refiriéndose a la población francesa de origen africano, ‘blanc’: blanco, a la población francesa de orígen europeo y ‘beurre’: mantequilla a la población francesa de origen magrebí, remplazando así, a los colores de la bandera, rojo, blanco, azul. “Y esto es Francia, es toda esa diversidad y el equipo de fútbol lo representa muy bien”, expresó el empresario Abdou Diallo.

En varias ocasiones el fútbol, por su componente competitivo, es relacionado a la política del país al cual el equipo representa. En ocasiones, es instrumentalizado para contribuir a la imagen del país, esperando influir en el peso de negociación dentro de la geopolítica internacional, o bien, para distraer de la mala situación del país y, en caso de victoria, legitimar al poder ejecutivo en cuestión.

DIVERSIDAD

Si bien la diversidad del equipo representa bien a Francia, las políticas de integración migratoria aún son bastante criticadas, por lo que surgen varias preguntas como ser: “¿Cómo percibe el posicionamiento político del gobierno francés en relación a esta victoria? ¿No halla cierta hipocresía por parte de este gobierno, cuando festeja y se siente muy orgulloso que Francia haya ganado, gracias a un equipo, mayoritariamente, compuesto por hijos de la inmigración, mientras se observa, a la vez, la situación de la inmigración africana que es francesa, aún viviendo en suburbios excluidos y debiendo hacer frente, diariamente, a varios tipos de discriminación?”.

Ante las presuntas expuestas el empresario se limitó a decir: «Claro. Hay que reconocer cierta hipocresía del gobierno en relación con sus políticas migratorias y de integración. Todavía nos falta mucho por avanzar en este sentido. Hay un pasado colonial que nos divide y nos une también. Mis abuelos fueron a pelear y a defender a Francia en la Primera Guerra Mundial. Aún la integración no llegó a su mejor resultado posible. Resta mucho por hacer. Ahora con el Mundial de fútbol, lo que recuerdo que sucedió, del que ganamos en 1998, es que enseguida a esta victoria, hubo repercusiones a nivel político y social. Durante 6 y 7 años vivimos un período de serenidad. Las contiendas sociales y políticas se calmaron. Pero las habíamos solamente olvidado. Si no se las resuelve de manera efectiva, vuelven a reaparecer.»

INTEGRACIÓN

En la opinión del público internacional, las percepciones en relación a este tema fueron múltiples. Generó extrañeza, sobretodo en la población no francesa. Hubieron aquellos que se quedaron en pensando en que esos rostros franceses no correspondieran a los que tenían en su imaginario; sin embargo fue útil para la población francesa se cuestione sobre la diversidad de la identidad francesa, o mejor aún, para valorizar esa inmigración y alentar al avance de su integración.

Es justo reconocer la hipocresía del gobierno en relación a sus políticas de inmigración e integración que se arrastran desde hace décadas en Francia. Pero, entre cuestionar esta victoria resaltando la hipocresía del gobierno en su roce con el tema migratorio y, por otro lado, celebrarla usándola como una ocasión perfecta de valorizar el aporte de la migración al desarrollo de este país, muchos optamos por la celebración. Si se tendría que hacer un uso político de esta victoria, que sea el de la confianza en una victoria de la integración migratoria, en un país donde, parte de esta población, aún no se siente con los mismos derechos que el francés, sin historia migratoria. Que sirva también para incentivar a dar el espacio que merece la posibilidad que exista una multiplicidad de identidades dentro de una misma nación.

 
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