Las meditaciones y las adicciones

Las necesidades del alma que no son ni escuchadas ni atendidas suelen manifestarse como necesidades irracionales en el cuerpo; un exceso en la conducta comer podría indicar una necesidad del alma que consiste en una secuencia de meditaciones que son momentos en los que la persona debe estar en soledad para calmar la mente, para concentrar la atención y para hacer lo que había que hacer dentro del camino del desarrollo de la persona en su totalidad.

Como en nuestra cultura no tenemos la costumbre ni el conocimiento necesario de lo que es la meditación, solemos ignorar esta actividad y vivir una vida relativamente superficial, con los intentos normales de vivir mejorando pero, como tenemos dos mentes o una mente con dos aspectos, necesitamos ir familiarizándonos con una práctica regular de las meditaciones para ir reconociendo nuestras conductas adictivas o nuestras actitudes adictivas para irlas sustituyendo con conductas meditativas que son momentos en los que, las conductas adictivas pierden poder y las conductas de mejoramiento van haciendo su aparición.

Todo lo que se necesita para crear una serie de meditaciones regulares es pensarlas, programarlas, comprometerse y hacerlas y con unas cuantas instrucciones elementales ya se puede empezar.

Con el cuerpo sedente o sentado, con el cuerpo bien cubierto y en un ambiente donde se esté solo, se debe asignar el tiempo de meditación y adoptar una postura cómoda, tomar tres respiraciones profundas y proceder a contemplar las imágenes de nuestra pantalla mental, todas las reacciones que se produzcan por efecto de dicha contemplación deberán anularse con una intención de relajación y dejar que esas imágenes pasen como si fueran nubes en un cielo radiante.

Eso es todo lo que hay que hacer en un nivel de aprendizaje básico y hay que hacerlo dos o tres veces al día con registro de fecha para conseguir un mes de meditación, si lo hace verá y sentirá los efectos benéficos por sí mismo; nos vemos en el artículo de mañana.

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