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ARMIN FRANULIC

Paceñísimo, feliz día



No se puede discutir mérito alguno a quien consigue ocho campeonatos nacionales, cuatro departamentales, y, además, es ganador de cinco Grandes Premios, fue Sub-Campeón Sudamericano, y, comenzó como piloto a los 33 años.

Armin Franulic Koernig tenía la misma figura de un genio, la autoconfianza casi agresiva, no era arrogante, sino realizaba una la evaluación correcta de su habilidad conductiva.

Honesto y valiente era el piloto, directo, le gustaba más un enfrentamiento de coche a coche. El resto de los pilotos lo querían pese que en algunas ocasiones conducía como un “gamberro”.

Armin, exquisito en elegir la marca de coche a conducir. Cortés y con modales fuera del circuito, Franulic podía ser bravo hasta incluso poder atemorizar a quienes le veían cuando estaba frente al volante.

Para algunos el mejor piloto de todos los tiempos, para otros un hombre cuya voracidad le impulsaba a ganar siempre obscureciendo su indudable genio.

Franulic, fue sinónimo de vértigo mayor. Una sensación que no solo existe en la velocidad de los autos sino que en los últimos tiempos y de manera consecuente con ese frenético ritmo de vida, se ha trasladado a la forma de transitar el camino para llegar a la cima del automovilismo deportivo boliviano.

Fue campeón nacional, todos en el Grupo/Clase/Categoría Mayor o Grande con cuatro marcas diferentes BMW, Ford, Mitsubishi, Nissan con la gracia, humildad de este hombre que siempre ambicionaba ser el primero y que aseveraba: pero “jamás creas que lo eres”. Armin Franulic fue un genio. Ayer cumplió un año más de vida (77), el automovilismo y el deporte están de plácemes.

Fernando Aramayo, Carburando

 
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