Volvió al orden el reloj de la plaza Murillo

Después de alrededor de catorce años del régimen anarco-populista de Evo Morales, Álvaro García Linera y David Choquehuanca, el reloj de la plaza Murillo, centro político de la historia y de la política de Bolivia, ha vuelto a funcionar en sentido correcto. Sus manecillas ya no giran en sentido contrario al movimiento del tiempo y el espacio, como habían ordenado los gobernantes del MAS y aceptado diputados y senadores serviles a ese régimen anti histórico.

Con un pensamiento populista basado en el desconocimiento de la lógica más elemental e inclusive del criterio más primario de la humanidad, el desgobierno de entonces dispuso que ese reloj, --por el que el pueblo boliviano se orienta en sus actividades diarias--, debía mover sus manecillas hacia atrás, en sentido contrario al movimiento del universo o sea de derecha a izquierda hacia el futuro, en sentido de la historia.

Evo Morales y sus socios comanditarios adoptaron esa medida considerando que el tiempo y el espacio son reversibles, con la idea de que, en la misma forma, podría producirse el desarrollo de la sociedad boliviana. Con esa idea troglodítica, también afirmaron que la historia de Bolivia podría retroceder a tiempos anteriores a las épocas de la invasión incaica al Kollasuyo y las comunidades arcaicas, donde no existía la moneda para el intercambio de productos, no se conocía la rueda, el trigo, el caballo, etc. y que recién había superado el nomadismo y la vida tribal.

Esa absurda idea de que la historia humana puede retroceder al pasado fue la que impulsó a los masistas a ordenar que el reloj de la plaza Murillo marche al revés, en la misma forma que pensaban que el pueblo boliviano vuelva al tiempo de las cavernas, a la promiscuidad del colectivismo, a tiempos en que no existían lógica, moral, ética, por decir lo menos.

La orden de Evo de hacer girar las manecillas del reloj de la plaza Murillo en sentido contrario recibió el repudio y la burla de todo el pueblo boliviano, pero no lograr rectificación por el terror que existía por entonces. Es más, todos estaban obligados a retroceder a la noche de los tiempos.

Pero el retorno a la libertad y una campaña de denuncia lanzada por EL DIARIO hicieron posible que, finalmente, diputados y senadores del MAS de Morales-García Linera, --y solo después de prolongada reflexión--, se diesen cuenta que “trabajaban” a la sombra del funesto reloj que funcionaba al revés, lo cual también influía en su mentalidad que no les permitía ver adelante. ¡Hoy ese reloj ha retornado a la normalidad!