Lección de democracia

El viernes 19 de septiembre de 2014, el mundo con gran expectativa ha esperado el resultado del pronunciamiento soberano del pueblo de Escocia. Ciertamente, muy esperado por sus connotaciones que han producido y que deben servir para quienes se ocupan del bien común, principalmente en Bolivia.

LO QUE NO SE DEBE DESCUIDAR

Para una campaña tan inusitada, ningún pronóstico de encuestas realizadas hasta el momento de la votación, había demostrado acierto. Todas las empresas ocupadas de medir el sentimiento nacional daban un 48% a favor del SÍ o la escisión de Escocia del Reino Unido, contra un 44% a favor del NO o la UNIDAD del Reino. Más la votación ha dado un resultado inesperado con 10 puntos de superioridad a favor del mantenimiento de la nación escocesa dentro del Reino Unido: “55,3% se han pronunciado por la Unión del Reino Unido, bajo una participación récord del 84,5%”(1). ¿Qué ha pasado?

A partir de Isabel II, la hermosa Reina de Inglaterra, ningún presidente del mundo ha opinado a favor o en contra de la votación. Ellos no han recomendado una opción de voto en una democracia amiga. ¡¡Qué lindo!!... realmente.

Mejor todavía el trabajo de los tres partidos políticos que en el Parlamento inglés harán la devolución y la transferencia de competencias a Escocia, como a los otros países del Reino Unido. Con ello van nuestras sinceras felicitaciones y la admiración por el trabajo de los Estados funcionales y modernos.

EL GRAN EJEMPLO

Los Estados funcionales y modernos del mundo son dispositivos que convierten a cada instante en acciones concretas las exigencias sociales. Con ello se aprecia que los partidos políticos y los mecanismos constitucionales no obedecen a ideologías extranjeras que no corresponden al verdadero deseo de la base social (el bien común).

Bolivia, con la sabiduría que representa, RESPETA la decisión de su pueblo y quisiera ver a sus partidos políticos ocuparse de un programa común de gobierno, símbolo de la UNIDAD que tanto añora. Pues todas las fuerzas en movimiento (cinco partidos), antes de ir hacia la eliminación de los unos con los otros, sus diferencias tienen que llevar a un cambio de sus posiciones, generadoras de una nueva situación, aspecto sobre el que volveremos, en otra nota.

El Estado árbitro es un premio para las fuerzas rivales. Más al nivel de la conquista de su Poder, o al nivel de la gestión, el Estado no debe pronunciarse, menos dejar sentir el peso de su inmensa maquinaria en campañas electoreras. Así enseñan al mundo, no solamente la soberana, su majestad Isabel II, sino el resto de los presidentes del mundo.

1.- Le Monde: Les Ecossais ont finalement dit NO a l´independance. 19 de septiembre de 2014. Pág. 1.