Sociedad, verdad y medios

Sin lugar a dudas, la sociedad tiene su imaginario como resultado de lo que observa como verdad en medios de comunicación. Este artículo intenta dilucidar un poco este tema de suma importancia, dado que el ciudadano común está llevado a un hecho electoral. Primero, vamos aclarar algunos conceptos importantes y luego haremos un análisis breve. Acabaremos con unas líneas de posible propuesta que el lector debería considerar.

El trasfondo sobre el que nos movemos, aquí y ahora, es la defensa de los ideales de la Revolución Francesa. Son metas muy caras que las sociedades siguen buscando aún, hayan pasado muchos años después de 1789. Estos ideales se cristalizan en tres términos de variado contenido; estos son: Libertad, Igualdad y Fraternidad.

1.- SOCIEDAD

La sociedad boliviana está viviendo una coyuntura muy especial que tendrá su momento de alta intensidad el 20 de octubre próximo. Tres son los elementos esenciales del movimiento que llegará al orgasmo; éstos son: La sociedad en general, el gobierno de turno y lo que proyectan como verdad los medios. La sociedad no es ignorante y sin memoria. Sabe destilar la verdad de tanta abundante información que le llega por varios canales.

La sociedad boliviana tiene un piso sobre el cual vive y no desea cambiar este piso por ser muy antiguo y estar muy claro en el certificado de nacimiento de Bolivia. Además, los bolivianos, por ejemplo, viven con un disco muy duro: el amor a la Libertad, la búsqueda de la Igualdad y el ver a los otros como hermanos, la Fraternidad. La sociedad boliviana busca en modo permanente estos tres ideales, que sabemos ya, son objetivos que alumbran desde lejos el camino para llegar a ellos. Avanzamos sabiendo que no llegaremos a lo perfecto, pero el avanzar ya tiene mucho mérito.

2.- MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Los medios tienen la obligación histórica de transmitir la verdad a más no poder. ¿Qué verdad?, la verdad que se obtiene de la búsqueda de la misma a través de la consulta a variadas fuentes que están presentes en la sociedad.

Los medios son la fuente de donde sale la verdad que construyen los ciudadanos poco a poco. Más lo que ha “salido” del razonamiento íntimo y secreto de cada individuo. Los medios tienen un rol educativo, orientador y formador respecto de la sociedad a la que se deben. Es decir que la verdad debe ser imperativo superior al amor por el dinero.

El dinero va y viene, pero el conducir a la sociedad a través de la verdad es trabajo de nunca acabar. Los medios se juegan su esencia frente a la sociedad. La gente no es tonta, las personas se dan el trabajo de destilar, de lo mucho, la verdad.

La gente grabará en sus cabezas el trabajo que hoy hacen los medios. Los medios no pueden dar gato por liebre. Su rol es claro y es necesario en este momento coyuntural que vive Bolivia. Son momentos de definición importante para una vida mejor para todos. La libertad es un objetivo radical de toda la sociedad boliviana. Ésta responde a la esencia íntima que es cada persona perteneciente a cualquier sociedad y a cualquier tiempo. Lógicamente, el concepto libertad precisa de hacer alto trabajo de aclaración y precisión en cada específica circunstancia.

3.- CONCLUSIÓN

Finalmente, es deber llamar a los altos responsables de los medios a jugar con dignidad su rol orientador en el seno de la sociedad. Es deber importante expresar la verdad en modo muy nítido y fiel, luego cada individuo definirá la conducta a seguir.

La verdad es dura y es muy seria. Quizás asusta a algunos. Pero es mejor decirla sin ambages y en su cruda realidad. “La verdad duele”, decía un antiguo docente universitario. Es así y es mejor conocerla para tomar posición clara frente a ella. Finalmente, la verdad se impondrá, tarde o temprano, por sí misma. La verdad debe ser guía de vida en todo boliviano honesto que ama a su país.

La sociedad es un ente muy especial que necesita educación y guía. Los medios pueden hacer este trabajo de educación y orientación. Sociedad y medios son dos armas muy importantes en la lucha sin fin por una Bolivia mejor para nuestros hijos y nietos.

El autor es Docente UMSA.