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Continúan con trameajes

Algunos choferes evaden control municipal


A pesar de los 22 puntos implementados en la urbe alteña para el control del transporte público, el cumplimiento de las salidas por placas y el protocolo de bioseguridad, algunos malos choferes continúan infringiendo dichas disposiciones e imponen el trameaje en perjuicio de la población.

Varios de los operativos de control que realiza el municipio a través de la Secretaría de Movilidad Urbana, son burlados, debido a que los choferes de los minibuses del servicio público, se dan modos para burlar los mismos y de esta forma continuar haciendo sus trameajes, en zonas donde no llega estos controles a pesar de la buena intención que tiene dichas autoridades.

Uno de los problemas que siempre se ha podido advertir y que es criticado por la misma población afectada es que el municipio se limita a efectuar estos trabajos solo por las mañanas, para el cual llegan con un personal reducido a algún punto de la urbe alteña, donde solo están por algunas horas, mientras el verdadero problema está durante todo el día.

Con relación a los 22 puntos que señala el municipio, solo una mínima parte es controlada, siendo que en el resto de los puntos más críticos, el problema del trameaje, cambio de discos y la alteración de rutas se pueden evidenciar a diario, así como las mismas aglomeraciones y la falta de conciencia por parte de dichos operadores del transporte en el tema del cumplimiento de la bioseguridad.

Varios de los puntos considerados conflictivos como Ex Tranca de Río Seco, Senkata, Puente Vela, Ventilla, Ballivián, Ex Tranca de San Roque, Cruce Villa Adela, entre otros, no suelen tener los controles necesarios para que la ciudadanía pueda estar segura de la garantía de pagar el pasaje justo y de acuerdo a lo establecido en una ley municipal, todavía vigente, como es la tarifa por tramos.

Los controles por parte del Organismo Operativo de Tránsito (OOT) han desaparecido, según las denuncias de los propios usuarios, de las diferentes zonas, donde solo se limitan a salir algunos minutos y en horarios que ya no son necesarios o aquellos que son considerados conflictivos como las mañanas al mediodía y las noches.

Producto de esta carencia de autoridades en este trabajo, desde la etapa de la flexibilización de la cuarentena, las faltas a este tipo de normas del control de tarifas, se han incrementado por parte de los operadores del servicio público de minibuses, con el pretexto de que los pocos pasajeros que llevan de acuerdo a las normas de bioseguridad, no cubren los costos de operaciones, donde prácticamente se ha implementado el pasaje único de forma arbitraria de Bs 1,50, eliminando de esta manera el pasaje corto de Bs 1, sin que ninguna autoridad, menos los propios choferes puedan explicar esta actitud.

 
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