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El Covid-19 ha dejado una huella imborrable y dolorosa en la vida de los médicos y de la población en general. Nadie olvidará la cuarentena, en particular aquellos que perdieron a un colega, a un amigo, a un padre o a un hijo, cuya experiencia deja un aprendizaje, que nada es eterno y es mejor vivir el presente, según el relato de varios médicos entrevistados.
Cabe recordar que desde el 22 de marzo, fecha en la que se declaró la cuarentena rígida en Bolivia, la pandemia no ha dado tregua al sector de salud y pese a las precarias condiciones, falta de personal y equipamiento, se enfrentaron contra un enemigo desconocido y le hicieron frente como verdaderos héroes.
Los actores que estuvieron en primera línea para la contención del virus nos indicaron a principios de septiembre, los principales aprendizajes que dejó a nivel profesional y personal. Algunos viven para contarlo y otros lastimosamente no lograron sobrevivir, pero dejan un legado eterno de enseñanzas.
Aprendizajes
Por ejemplo, el director y el secretario ejecutivo de los médicos de la Caja Petrolera de Salud, Gonzalo Torrico y Oscar Oliden, contaban en ese entonces cómo se vivió el pico más alto de la pandemia en su centro hospitalario y qué aprendizajes a nivel profesional y personal les ha dejado a cada uno de ellos, quienes aún están pendientes de que se produzca una segunda ola de contagios.
En ese momento tenían 90 pacientes internados con el virus, por debajo de la mitad de los que antes atendían, pero estaban conscientes de que esto era momentáneo porque se espera que haya un rebrote, señalaba el doctor Oscar Oliden.
En esas fechas, Italia, Alemania y España colapsaron con semejante infraestructura, cuando llegó aquí estábamos en pañales, ninguna institución estaba preparada para recibirlo, agregaba.
Cerca de 120 personas de la Regional La Paz se contagiaron con el virus incluido el director del hospital, hasta septiembre, quien luego de su baja médica se reincorporó a su trabajo diario, pero había otros que estaban en etapa de recuperación y también aquellos que lamentablemente fallecieron.
“El virus nos ha enseñado a valor la vida, no solo la vida de uno sino del otro. Uno cuando está en pie de guerra afronta la situación, pero cuando tiene detrás una familia, en particular en mi caso; me ha demostrado que lo más lindo en la tierra es la vida y que debemos cuidarla. Cuidar la vida de las personas que vienen para que las auxiliemos”, reflexiona Torrico.
De la misma manera, los directores de los hospitales de Clínicas, Oscar Romero, y del Tórax, Edgar Pozo, recuerdan sus vivencias en estos nosocomios, en los cuales se ha producido una serie de contagios entre el personal de salud, de tal manera que se suspendieron las atenciones en consulta externa y solo se atendió emergencias.
“La pandemia ha sido mortal, pese a ello nuestro personal ha salido adelante, pero no en todos los casos, lo que ha calado hondo fue la muerte del doctor Carmelo Cuellar, quien trabajó como Jefe de la Unidad de Urgencias, un profesional que no escatimó esfuerzos para el hospital. Además de una excelente y joven nefróloga, la doctora Ingrid Castro”, lamenta el doctor Romero.
El director asegura que el virus no se ha ido y que ahora se ha seleccionado un equipo de avanzada, pues no se puede arriesgar a que todo el personal se contagie, por lo que ellos deberán contar con todo el equipo de bioseguridad para la atención de estos pacientes hasta que se maneje mejor el Covid-19 o se tenga un medicamento eficaz.
“En este tiempo hemos aprendido a ser más humanos porque antes era algo rutinario las cirugías de vesícula, apéndice, fracturas e intoxicación, entre otros. Hemos visto que la enfermedad no te dice eres indigente o millonario, el Covid-19 nos llega a todos por igual”, enfatiza el profesional.
Por otro lado, el Director del Tórax, un profesional de amplia trayectoria en salud, fue otra de las personas que se contagió, pero por fortuna salió adelante y venció al virus, algunos de sus colegas y personal a su cargo no corrieron con la misma suerte.
