Kaukas en vez de marraquetas

En el habla popular que practicamos Macacha y yo, la palabra “kauka” también significa “mentira” y es por ello que muchas veces mi pariente espiritual y yo dudamos de algunas declaraciones oficiales diciendo “esas son kaukas” y ellos son unos “kaukistas”. Con su habitual espontaneidad, la cholita cochabambina me dijo esta mañana: “ya no hay marraquetas en La Paz, pero hay sobreabundancia de ‘kaukas’ y de ‘kaukistas’ que tratan de convencernos de que hay abundancia de marraquetas, carne de pollo, carne de res, frutas y verduras con precios muy bajos…”.

Ante tales “kaukas” oficiales, mi reportera sufre porque ella sabe que no debe mentir en sus informaciones, tal cual yo le enseñé desde el día que la conocí.

Sin embargo, la lluvia de “kaukas” oficialistas amenaza convertirse en diluvio ante los aprestos del Movimiento al Socialismo (MAS) para re-re-re-elegir indefinidamente a su conductor Evo Morales como mandatario de Bolivia, quien en momentos de escribir esta crónica se encuentra realizando una tourné por varios países europeos montado en su avión propio junto a una comitiva integrada por sus íntimos, algo que los ciudadanos comunes de Bolivia ignorábamos hasta este momento; como los europeos no sospechan de los poderes absolutos que inviste nuestro mandatario, protegieron sus vuelos con naves aéreas de acompañamiento, lo cual satisfizo al joven mandatario nacido en Orinoca, Departamento de Oruro.

Mientras la comitiva oficial boliviana disfrutaba de ese tour por Europa, gran parte de los bolivianos sufríamos las consecuencias de la crisis interna que nos agobia pagando más por el pan, la carne y otros productos que conforman la canasta familiar, mientras a nuestro alrededor los encargados del Poder defendían a rajatabla su posición con toda la fuerza que tienen en sus manos.

Al meditar acerca de todos esos hechos Macacha se puso muy triste, aunque luego se sobrepuso a nuestras preocupaciones y me dijo, tratando de disipar mis preocupaciones: “¡Sursum Corda, como dijo una gorda, arriba los corazones y asegurarse mejor los calzones porque Dios nunca falta en las cosas necesarias, pues no hay líder que dure cien años ni pueblo que lo resista! Usted y yo, compradituy, seguiremos trabajando y seguiremos diferenciando la marraqueta que ha desaparecido y también sonriendo ante las ‘kaukas’ y los ‘kaukistas’ que tratan de confundirnos”.

Agradecí a la cholita cochabambina nacida en Quillacollo y en un rapto de ternura la llamé “mi querida allulla: ¡Usted nunca será kauka ni kaukista!”.