Duplicación del área de cultivos de coca

Mientras por un lado el presidente boliviano, Evo Morales Ayma, aseguró en el 62 período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas, realizada el 14 de mayo pasado, que la lucha contra el narcotráfico es “exitosa”, un Informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, entidad encargada de vigilar el cumplimiento de los tratados antidrogas, estableció, en cambio, que el gobierno plurinacional autorizó, desde el 2006 al 2018, ampliar al doble los cultivos de la hoja de coca (sagrada para unos y maldita para otros).

En la reunión de la ONU, el gobernante boliviano ofreció un discurso mostrando aspectos abstractos de la lucha contra las drogas en Bolivia, pero se abstuvo de dar datos concretos, por lo que su discurso fue considerado como poco valedero, dedicado a apreciaciones genéricas, poco efectivas e inverosímiles y para “marear la perdiz” a los delegados de otros países.

En efecto, según datos de la Comisión de Estupefacientes, durante los últimos 15 años, en vez de disminuir la producción de coca (base de la producción de cocaína), se ha duplicado y pasó de 12 a 24 mil hectáreas, lo cual objetivamente permite inferir que la producción de derivados ha subido abruptamente, como se demuestra a diario con el crecimiento de la confiscación de grandes cantidades de droga.

Así, mientras por un lado se afirma que el gobierno “lucha” contra los estupefacientes, por otro, Naciones Unidas asegura lo contrario. Esa entidad destaca en un Informe que mientras la Ley 1008 señaló que el máximo cultivo de coca se podía realizar solo sobre 12.000 hectáreas, la Ley General de la Coca del año 2016 amplió el cultivo de la hoja a 23.500 hectáreas. Es más, una nueva disposición legal del año 2017, subió aún más las áreas de cultivo del arbusto de coca, permitiendo el cultivo legal de coca para llegar a 24.500 hectáreas, es decir un nuevo incremento de 1.400 hectáreas o sea una escalada del 5 por ciento.

En esa forma, mientras por un lado se hace afirmaciones ambiguas sin credibilidad, por otro lado, datos concretos hacen ver lo contrario. Vale decir, en este caso, que en los últimos 15 años la producción de coca pasó de 12 a 24.000 hectáreas, o sea al doble, lo cual, implícitamente, significa fomento al cultivo del arbusto.