Políticos culpables de dispersar el voto

Las experiencias que han dejado las elecciones del 20 de octubre pasado, debido especialmente al fraude cometido por el partido de gobierno MAS y su forzado candidato, no han servido a nuestros políticos que, debido a sus ambiciones, sin importar el futuro del país, han dado lugar a una dispersión del voto que, de todos modos, favoreció al candidato oficial.

Ahora, siguen las posiciones ególatras; los unos, políticos con experiencia que creen que serían los únicos con probabilidades de conseguir votos; los otros, los que aparecen en una lista que refleja solamente protagonismos, mayormente no tienen importancia porque no cuentan con los merecimientos y cualidades para candidatear y menos para que los ciudadanos que vayan a votar les den alguna posibilidad.

De todos modos, ellos no hacen otra cosa que mantener posiciones contrarias a sí mismos y favorables a los candidatos masistas que, aunque bien se sabe están divididos en tres o cuatro fracciones, tienen la ventaja de que de todos modos, al final, se unirán para votar y ello en el Parlamento, lo que demuestra que una vez más están en ventaja tan solo por voluntad de políticos que no saben de unidad ni de intereses comunes que unan intenciones en pro del país. Cada candidato cree que será elegido, pero no se da cuenta que así, desunidos, disgregados, separados de las conveniencias generales, nada lograrán y que, si sacan algunas ventajas -reunida la votación- serán dispersas sin dar ventaja a uno u otro. Los políticos creen que si va cada uno por su lado, nadie podrá contra ninguno de ellos.

Por su parte, la presidente Jeanine Áñez ha expresado su intención de unificar a los partidos de oposición al MAS y para ello ha pedido una cumbre política. Su posterior candidatura ha recibido críticas, debido a que no está siendo observado el panorama electoral que tiende a la proliferación de candidatos.

¿Cuándo aprenderán nuestros políticos que la política debe estar al servicio del país y no ésta al servicio de ellos? ¿Cuándo entenderán que sin unidad entre los que sienten o son contrarios a lo que es el masismo, poco o nada concretarán? ¿Cuándo comprenderán que la Patria debe ocupar el primer sitio en sus mentes, ideas, pensamientos, sentimientos e intenciones?

Es lamentable la posición de nuestros políticos, de los que tendrían posibilidades, por lo que nada concreto resultará. Entretanto, el país parece que vivirá nuevas jornadas de decepción y frustración. Como corolario, se podría decir: jamás se hubiese creído que los partidos políticos contrarios al masismo y su caudillo, siendo factores importantes para la liberación del país e imperio de la democracia, por su incoherencia y falta de unidad se convierten, conscientemente o no, en una especie de aliados para el retorno al poder del partido que causó tanto daño a los bolivianos, tan solo por no tener conciencia de país y vocación de servicio.