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Agronegocios y agricultura familiar en competencia desigual  

>   Mientras la CAO recibirá un crédito del BID, los productores del sector familiar no pueden acceder al Crédito 1, 2, 3, debido a los innumerables requisitos que solicitan los bancos   


Alcides Córdova, Director CITTCA.
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Los agronegocios reciben una ayuda de los políticos que están en el Gobierno, mientras la agricultura familiar a pesar de las normativas promulgadas no se ejecuta y tienen poco respaldo de autoridades, a pesar de ello van contra la corriente en el mercado nacional, puesto que compiten de forma desigual tanto con las operaciones comerciales como con el contrabando, según los representantes del sector productor familiar.

Mientras se autoriza la biotecnología para ampliar la producción de los agronegocios, soya, azúcar, maíz y trigo, los productores familiares exigen mayor apoyo de las autoridades para ampliar la oferta de productos orgánicos, que aumentó la demanda debido a la pandemia que vive el país.

La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), el Centro de Investigación y Transferencia de Tecnología de la Caña de Azúcar (Cittca) y la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb) expresaron, por separado, su apoyo al uso de la agrobiotecnología, y rechazaron la acción popular interpuesta contra el uso de esta tecnología, en caña de azúcar, maíz, trigo, soya y algodón.

“Los productores agropecuarios expresamos nuestro rechazo a la Acción Popular, sin fundamento, interpuesta por activistas para coartar la producción de maíz, caña de azúcar, trigo, soya y algodón con semillas, genéticamente modificadas”, señala parte del pronunciamiento de la CAO.

Entretanto el Cittca, institución con 20 años de trayectoria y de un trabajo técnico para la mejora del cultivo de la caña de azúcar, aportando con el 80 % de las variedades que se cultivan en el país, manifiesta su profunda preocupación por la incomprensible oposición de ciertos grupos de activistas en cuanto a la aplicación de alternativas modernas que ofrece la agrobiotecnología, como es el caso de los cultivos genéticamente modificados que tanto beneficio están brindando en todo el mundo, principalmente a los pequeños agricultores.

Por su parte, la Caneb se pronunció a favor de que Bolivia avance en un tratamiento más responsable y serio en cuanto a las potencialidades que ofrece la adopción de la biotecnología en beneficio del desarrollo productivo y la competitividad del país.

“En Bolivia existe muy poco conocimiento acerca de los beneficios a partir de la biotecnología, probablemente debido a la debilidad de los marcos normativos regulatorios e institucionales, factores que han limitado fuertemente la difusión de información, su adopción, proliferación y uso”, señala el pronunciamiento de la Caneb.

Afirma que la institucionalidad a cargo de la evaluación y toma de decisiones sobre esta temática está poco preparada para visulaizar estas potencialidades debido a que ha estado al margen de la implementación y desarrollo de políticas y actividades productivas, con poca participación en actividades como la agricultura, la agroindustria o el funcionamiento de los mercados de estos productos.

La Cittca sostiene que contar con la agrobiotecnología como una alternativa para el agro permite evitar la competencia con las malezas (humedad, nutrientes, etc.), a disminuir el uso de agroquímicos (herbicidas, insecticidas, fungicidas u otros) y utilizar áreas marginales por el factor edáfico (suelos salinos) además ayuda a enfrentar los fenómenos climáticos con más éxito (v.gr., cultivos resistentes a estrés hídrico).

Sin embargo, los activistas señalan que el uso de glifosato también aumenta con el uso de más semillas genéticamente modificadas, químico que tiene observaciones a nivel mundial, y la cantidad cada año va en aumento, no sólo legal sino también ilegal, es decir vía contrabando.

Familiar

Entretanto, René Rojas, presidente de la Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas de Bolivia (Cioec-Bolivia), sostiene que el país cuenta con 861 mil unidades productivas, de las cuales el 92% corresponden a la Agricultura Familiar (725 mil productores, que representan a más de 2 millones de pequeños productores, cuyo sector ahora se encuentra en emergencia ante la desatención de las autoridades nacionales.

Los 14 años de gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) también siguió el rumbo de las anteriores gestiones de gobierno, dieron más apoyo al agro hasta el punto de llegar a hacer negocios, como la compra de etanol a precio mayor al mercado internacional, así como otorgar mayores facilidades para aumentar la producción, como la agrobiotecnología.

Sostienen que el 7 % son medianos productores y el 1 % a los grandes productores, que son 25 familias, en su mayoría productores de soya, estos últimos son los más atendidos por los gobiernos de turno.

Rojas afirmó que la Agricultura Familiar produce más de 20 toneladas de alimentos básicos, y la pandemia provocó un aumento de la demanda de más productos naturales, en un 60%, en especial para el tratamiento del Covid-19.

Crédito

La desatención al sector de la Agricultura Familiar se observa en que éste no puede acceder al Crédito 1, 2, 3, debido a los innumerables requisitos que se exigen, y además porque la mayoría está inmersa en una economía informal, y es por ello que no están inscritos en ProBolivia, tampoco tiene antigüedad de trabajo y aportes a la Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

Sin embargo, indicaron que hace unas semanas atrás el Gobierno informó sobre un crédito de 350 mil dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para la CAO a fondo pérdido y de disponibilidad inmediata.

“No estamos en contra de que se inyecte recursos a los grandes productores, sino que se distribuya entre los distintos actores, tanto para los pequeños, como los medianos productores, éstos últimos somos los que necesitamos mayor respaldo del Gobierno Central”, dijo Rojas.

Un estudio reciente sobre la contribución de la agricultura familiar campesino indígena en Bolivia, elaborado por el Instituto de Investigaciones Socio Económicas (Iisec) muestra que el 96 % de los 39 productos de la canasta básica, entre hortalizas, tubérculos y frutas, es producido por la agricultura familiar.

“Analizando el consumo interno de alimentos, diversos estudios muestran que el 65 % proviene de la agricultura familiar”, señalan los representantes de la Cioec.

Junto al Presidente de la Cioec estuvo Pedro Cadena de la Asociación Boliviana de Chefs y Pánfilo Torrez, presidente del Sector de Turismo, quienes también indicaron que fueron olvidados por las autoridades de turno, y esperan una respuesta a la brevedad posible para reactivar al sector, ya que las pérdidas de empleos son significativas.

Rojas anunció que para el 2022 el sector requerirá un financiamiento de 873 millones de dólares para reactivar al sector, y avizoran una crisis de liquidez para el 2021, lo que preocupa al sector, debido a que no habrá recursos para la compra de productos nacionales.

Es por ello que por el momento, requieren que el gobierno facilite el acceso al Crédito 1, 2, 3 además de aprobar la norma del diferimiento del pago del crédito hasta diciembre, ya que una buena parte de los agricultores familiares tienen deuda con el sector financiero, y debido a la pandemia no pudieron cancelar sus obligaciones bancarias.

Por ello, el Comité de Agricultura Familiar se encuentra en emergencia y espera que las autoridades nacionales escuchen al sector y apoyen para aumentar la producción y ampliar la oferta para el mercado local y reducir el contrabando.

 
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