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Cerca de EEUU

Crece nueva Habana, una Cuba en tránsito



LA CIUDAD VIVE ALREDEDOR DE SU FRONTERA.

A pocos metros de Estados Unidos, crece una nueva Habana: una Cuba en tránsito. Y, como en la capital cubana, muchos de los que la habitan no quisieran estar allí, sino un poco más al norte.

Del total de migrantes que han pasado o que aún esperan en Ciudad Juárez, un 85 % son cubanos.

Nadie sabe a ciencia cierta por qué han llegado aquí, a una ciudad que todavía conserva en la memoria colectiva su fama terrible de feminicidios y violencia.

"Es algo que nos ha sorprendido a todos: la ciudad no era una de las rutas migratorias tradicionales para ellos y ahora, Juárez se ha llenado de cubanos", señaló Valenzuela.

Y sin más remedio que la resignación y la espera, a pocos kilómetros del destino de sus sueños, muchos han comenzado a transformar la ciudad con el peso de sus costumbres.

Entre los anuncios de cambio de dólares, los letreros de las farmacias y los espacios con nombres de rancheras y corridos comienzan a aparecer otros que ofrecen "auténtica comida cubana" o un "gran ambiente tropical".

En los menús de los restaurantes, los "moros con cristianos" (arroz con fríjoles), el congrí y las chuletas de cerdo asada comienzan a desplazar a los tradicionales tacos y quesadillas.

"Los cubanos están cambiando esta ciudad. Han llegado mucho y por eso hemos tenido que cambiar las platos de nuestros restaurantes, porque ellos extrañan mucho su comida", cuenta a BBC Mundo Cristina Ibarra, dueña de Little Habana (sic), el primer local que abrió en Juárez con comida típica de la isla.

Hay también salones cubanos, matinées para cubanos, hoteles para cubanos… E incluso albergues donde solo permiten quedarse a los inconformes naturales de la isla, porque, según cuentan, no les gusta compartir espacio con el resto de los migrantes centroamericanos.

Y como saben que la estancia en la ciudad se puede multiplicar por meses, muchos han optado por comenzar a trabajar en el sector informal y, ahora, es fácil encontrarlos en restaurantes, comercios o puestos callejeros, vendiendo desde jugos naturales hasta cigarrillos o caramelos.

Han creado incluso canales informales de comunicación: un grupo de WhatsApp que los mantiene al tanto de los últimos acontecimientos y es el espacio también para compartir chismes, rumores y noticias.

Pero con la llegada masiva de cubanos y otros migrantes, la ciudad también ha comenzado a mostrar su lado más oscuro.

 
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