Inseguridad en Villa Fátima

•“En las noches no podemos dormir, esos borrachos hacen gritar a la gente, queremos seguridad y más atención de las autoridades”, dijo un vecino. • Depósitos del ex surtidor son usados como morada por los antisociales.


EL EX SURTIDOR DELTA DE VILLA FÁTIMA PONE EN VILO A LOS VECINOS YA QUE OLORES FÉTIDOS Y ALCOHÓLICOS SE APODERARON DE ÉL.

Con un tono de impotencia, la mañana del pasado jueves don Néstor Peralta de la junta de vecinos, nos llevó a recorrer algunos lugares por donde antisociales hacen de las suyas.

A medida que nos acercábamos a la morada de los “alcohólicos” el olor nauseabundo se hacía más insoportable, pues la basura y el baño público en el que convirtieron el lugar estaban abundados de moscas y hasta roedores.

El ex surtidor Delta ubicado en la avenida Las Delicias de la zona de Villa Fátima, del macrodistrito Periférica, es el lugar en cuestión, el mismo se encuentra abandonado desde hace más de cinco años y nadie responde por él, no se sabe en qué condiciones está, si es propiedad del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz (GAMLP) o de algún privado.

Hoy, el lugar es usado como parqueo de automóviles privados, en el día, y en las noches los vecinos no deben salir de sus casas porque sus vidas corren riesgo siendo que son asaltados por estas personas que se ocultan en el subterráneo del sitio desatendido.

Cada estación de servicio tiene su depósito de gasolina, diésel, etc. y esos ambientes del Delta, hoy son usados como sus moradas, ya que duermen en esos dos huecos ubicados en el corazón de Villa Fátima.

Hace tres semanas, los vecinos del lugar, rellenaron los tanques con cemento y madera para evitar que aquellas personas mal entretenidas continúen llegando hasta aquel sitio y amedrentar a los transeúntes con armas blancas.

Aquel lugar que genera inseguridad a los vecinos, tiene una infraestructura rodeada de calaminas. En la parte posterior tiene un par de ventanas, de las cuales una está rota, totalmente sucia y con fétidos olores.

NUEVO RETÉN

Néstor Peralta, señaló que pese al retén policial que existe en la plaza Arandia, la gente del vecindario y de otros lados corren riesgo.

“Da miedo caminar por aquí, si una persona les dice algo a estos drogadictos, es peligro, ellos nomás quieren pegar”, lamentó.

Claudia Franco Gonzales, propietaria de una tienda de lentes, casi a diario sufre robos en horas de la mañana y tarde.

“A mí me roban las gafas consecutivamente, lo ideal sería que hagan una posta policial acá, están pendiente de robarnos. En el día no se pueda caminar, incluso cuando se pelean entre ellos, no podemos intervenir, ellos pelean armados”, aseguró.

René Mancilla, quien vive hace 18 años en la zona, pidió a las autoridades nacionales y municipales convertir el inmueble abandonado en un retén policial.

ÁREAS VERDES

Las áreas verdes que se encuentran por el sector están totalmente destrozadas, sucias y con barandas rotas.

“Se ha convertido este lugar en parqueo de movilidades, y además se genera mucha basura, no está bien que se abandone un espacio que es de beneficio para la sociedad civil”, dijo otro vecino.

De la misma forma las bocas de tormentas se encuentran deterioradas y convertidas también en un botadero de basura.

SONDEO DE OPINIÓN

Claudia Franco Gonzales:

“Me roban constantemente, no sólo a mí, sino también a quienes transitan. Lo ideal es que pongan una posta policial para que haya por lo menos más respeto y si van a hacer un parque igual los alcohólicos nos robarán. Como no existe seguridad, los vecinos nos organizamos, nos defendemos con palos, incluso me han amenazado, tengo miedo que un día me distraiga y se lleven mi hijo”.

Néstor Peralta Bautista:

“Desde que dejó de funcionar el surtidor, hay mucha inseguridad. Como dos años había guardia, pero se han cansado. Recién nomás han asaltado a una persona, corrieron por detrás y le quitaron su chamarra (…) Quisiera que las autoridades pongan un retén policial porque el único retén policial está en la plaza Arandia”.

Oscar Heredia Villa:

“Caminar a cualquier hora del día por este sector la verdad da miedo, porque uno no sabe en qué momento lo van a asaltar, imagínese, es peor en la noche. Cada vez llamamos al 110 vienen un rato y los borrachos se vuelven a ir un rato, pero pasa minutos y luego vuelven a estar en este ex surtidor”.

René Mancilla:

“Aquí hay muchas peleas de pandilleros y aunque venga la Policía, igual vuelven los borrachitos. Para precautelar nuestra seguridad, los vecinos preferimos ya no salir de nuestras casas. Quisiéramos que la Alcaldía venga y que le ponga toda una baranda para que ni los autos se estacionen, ya ni se puede pasar. Los borrachines tienen hasta sus perros, ellos son jóvenes y a veces vienen entre 20 a 25”.

 
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