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Incendios forestales

Comunarios de San Matías recibieron tanques de agua

> Unicef entregó dos tanques de agua y 668 bidones colapsables, de estos suministros de agua y saneamiento, un tanque y 80 bidones fueron para las familias de San Antonio de Totora. Los niños esperaban el arribo de auxilio


Familias de la comunidad de San Antonio de Totora (municipio de San Matías) el momento de la entrega de suministros de agua y saneamiento de UNICEF.
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San Matías.- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef​) entregó dos tanques de agua con capacidad para 2.500 litros y 668 bidones colapsables al municipio de San Matías en el departamento de Santa Cruz para que las comunidades afectadas por los recientes incendios forestales y la sequía en la Chiquitania, acopien y tengan acceso al líquido vital.

La primera comunidad en recibir los suministros fue San Antonio de Totora, allí las familias tienen la urgente necesidad de contar con suministro de agua segura para preparar sus alimentos e higiene personal. Esta comunidad es una de las 18 del municipio de San Matías, donde además de contaminación de lagunas y pozos por las cenizas de los incendios forestales, también hay una severa sequía.

La especialista de Agua y Salud Ambiental de Unicef, Fanny Buffandeau, y el responsable de la Unidad Forestal del Gobierno Autónomo Municipal de San Matías, Elmar Pedraza, entregaron un tanque de agua y 80 bidones colapsables para San Antonio de Totora.

El dirigente comunal, Hugo Charupá, acompañado de la población, y niños, niñas de su comunidad, recibió los suministros y expresó su agradecimiento a Unicef por su iniciativa y espera que sea el gestor de las donaciones recibidas. Señaló también que los insumos entregados son muy necesarios para que las familias de su comunidad puedan continuar con actividades diarias como cocinar y el aseo personal.

Charupá explicó que su comunidad depende totalmente del suministro de agua que provee diariamente un camión cisterna del municipio. “La contaminación de lagunas y pozos que proveían de agua natural a la comunidad, ahora no la podemos usar. El tanque y los bidones nos permitirán almacenar agua para nuestro consumo, para calmar la sed y preparar la comida”.

NIÑAS Y NIÑOS ESPERABAN AYUDA

La esperanza de que alguien los auxilie del incendio y sus consecuencias quedó marcada en los niños del municipio. Víctor Santos Ribero (10 años) de la comunidad San Antonio de Totora, narró como el cacique alertó que las “cenizas del incendio contaminaron el agua y todo se perdería”, no habría agua ni alimento. “Tenía miedo, pensé que no iban a venir a ayudarnos, que nadie vendría”, recuerda Víctor sobre la llegada de los voluntarios que sofocaron el incendio y celebra la llegada de Unicef a su comunidad.

Similar percepción tiene la niña de 10 años, Francielis Nogales, que vive con su familia en una comunidad indígena: “Le rogamos a Dios que haya agua y ustedes llegaron”, asegura. Ella no oculta su tristeza porque “la laguna (principal proveedora) de donde sacamos agua empezó a secarse; después llegó el fuego y quemó árboles, plantas y animales”.

Otra niña, Adriana Nogales Pedraza (8 años) comenta: “si no hay agua, todos vamos a sufrir. Necesitamos agua para la comida, para bañarnos y si nos da sed, las plantas y animales también tienen sed”.

Contar con agua en casa obligó a que niñas y niños sean las personas que acarreen el líquido vital desde otras fuentes. Víctor tenía que trasladar tres veces al día botellas y galoneras hasta su casa, “porque la necesitamos para lavar vasijas, ropa y limpiar”. Mientras que Francielis recorría dos kilómetros diarios en bicicleta transportando botellas de plástico, “era muy agotador”, señala, pero su mamá necesitaba el líquido para cocinar y lavar.

Por eso, los niños se muestran agradecidos por la ayuda de Unicef y ahora valoran más el agua que llega a sus hogares.

TIPS DEL MUNICIPIO DE SAN MATÍAS

San Matías está ubicado al este de Bolivia, a 830 kilómetros de Santa Cruz fronterizo al Brasil. Por la distancia y por la condición de la carretera toma de 14 a 17 horas de viaje llegar al lugar. Al respecto, crónicas periodísticas señalan que los lugareños suelen decir con una mezcla de resignación y picardía, que hay tres distancias “lejos, lejísimos y San Matías”. Sin embargo, Unicef llegó hasta ese remoto lugar para asistir a los niños, niñas y sus familias.

En San Antonio de Totora viven 27 familias.

Según la ficha municipal de San Matías, realizada en base al Censo 2012, la cobertura de agua es del 38.52 %.

Los fenómenos climáticos extremos, como las inundaciones, las tormentas, las sequías y el calor extremo se han duplicado desde 1990 (Unicef, Estado Mundial de la Infancia 2019), y los niños sufren sus consecuencias de manera desproporcionada. Ellos son el grupo más susceptible a las enfermedades transmitidas por el agua, las cuales incrementan el riesgo de malnutrición y muerte.

ACERCA DE UNICEF

Unicef trabaja en algunos de los lugares más difíciles para llegar a los niños y niñas más desfavorecidos del mundo. En 190 países y territorios, trabajamos para cada niño, en todas partes, para construir un mundo mejor para todos.

 
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