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Amnistía Internacional

Denuncian muerte de manifestantes a manos de fuerzas de Nigeria

Gobernador ordena una investigación y confirma la presencia de militares en la zona


Amnistía Internacional denunció este miércoles la muerte de al menos doce manifestantes por disparos de las fuerzas de seguridad en una manifestación contra la violencia policial en la ciudad nigeriana de Lagos, unos incidentes que se saldaron con cientos de heridos de gravedad.

La ONG había indicado previamente haber recibido "pruebas creíbles pero alarmantes del excesivo uso de la fuerza" por parte de los agentes, al tiempo que destacó que sus investigaciones estaban en marcha para esclarecer lo sucedido.

Así, detalló que las muertes de manifestantes tuvieron lugar en Lekki, epicentro de los incidentes, y Alausa, donde miles de personas participaban en movilizaciones en el marco de las protestas a favor de la disolución del polémico Escuadrón Especial Contra el Robo (SARS) --ya disuelto-- y la brutalidad policial.

Amnistía Internacional apuntó que, según pruebas recabadas de testigos, vídeos e informes médicos, el Ejército nigeriano abrió fuego contra miles de personas en estas áreas de la ciudad, la más poblada de Nigeria y del continente.

Testigos citados por la ONG han señalado que los militares abrieron fuego en Lekki sin advertencias previas, mientras que en Alausa los manifestantes fueron atacados por un grupo de soldados y policías del Escuadrón de Respuesta Rápida (RRS).

"Abrir fuego contra manifestantes pacíficos es una violación flagrante de los derechos de la gente a la vida, la dignidad, la libertad de expresión y la asamblea pacífica. Los soldados tuvieron claramente una intención, matar sin consecuencias", criticó el director de la organización en Nigeria, Osai Ojigho.

En este sentido, recalcó que "estos tiroteos equivalen claramente a ejecuciones extrajudiciales" y ha pedido "una investigación inmediata" y que "los responsables rindan cuentas en juicios justos". "Las autoridades deben garantizar el acceso a la justicia y a remedios efectivos para las víctimas y sus familias", ha remachado.

La ONG destacó además que ha recibido informaciones sobre el apagón poco antes de los disparos de las cámaras de seguridad y la electricidad en Lekki, donde los manifestantes llevaban acampados cerca de dos semanas, en un aparente intento de ocultar las pruebas.

Durante la jornada, el presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, ha hecho un llamamiento a la "calma" en todo el país y ha reiterado su "compromiso total" con la aplicación de "reformas duraderas" en el seno de la Policía tras los incidentes.

Las autoridades no han facilitado por ahora un balance de víctimas y el gobernador de Lagos, Babajide Sanwo-Olu, ha indicado que no ha habido fallecidos. Asimismo, ha acusado de lo sucedido a "fuerzas fuera de su control directo" y ha hablado de "la noche más dura de nuestras vidas".

"ELEMENTOS CRIMINALES"

Sanwo-Olu dio horas después un discurso en el que ha reiterado que "es uno de los momentos más oscuros de la historia" de Lagos y ha agregado que "elementos criminales se aprovecharon de las órdenes firmes dadas a los oficiales y hombres de la Policía de no recurrir a disparos".

"Como quizá saben, he estado manteniendo contactos con los manifestantes del movimiento #EndSARS desde el lunes 12 y el martes 13 de octubre. Estábamos haciendo progresos, si bien el ritmo era lento por la falta de un liderazgo aceptable entre los manifestantes", detalló.

De esta forma, ha denunciado diversos incidentes violentos durante los últimos días, si bien ha incidido en que "las cosas tomaron un giro más peligroso" el martes "tras los ataques incendiarios contra las comisarías de Orile e Ilasamaja".

El gobernador de Lagos confirmó además la presencia de militares en Lekki, algo negado por el Ejército, y ha manifestado que "ningún gobernador controla las normas de actuación" de las Fuerzas Armadas. "Pese a ello he ordenado abrir una investigación en torno a las normas de actuación ordenadas y adoptadas que fueron aplicadas por los hombres del Ejército desplegados en Lekki", añadió.

"Esto es con el objetivo de llevar esto ante la cúpula del Ejército y buscar la intervención del presidente, Muhammadu Buhari, en su capacidad del comandante en jefe para desencadenar la secuencia de eventos que tuvieron lugar ayer", destacó.

"NO HAY EXCUSAS"

Por otra parte, ha ordenado la suspensión de actividades oficiales durante tres días, a excepción de las relacionadas con la seguridad, y que las banderas ondeen a media asta durante este periodo.

"No hay excusas para el desafortunado incidente que tuvo lugar anoche y, como gobernador, pido perdón por toda acción e inacción. Me gustaría que sepan que estoy con ustedes y entiendo que no están contentos con los sucesos de anoche", manifestó.

Por último, ha pedido a los manifestantes y la población en general que "den una oportunidad a la paz". "Ha habido muchos incidentes de incendios y destrucción de propiedades esta mañana", ha lamentado, en referencia a nuevos incidentes tras la muerte de manifestantes.

Lagos ha sido escenario además de nuevos incendios y tiroteos. Entre los edificios incendiados a primera hora del día figuran la sede de la Autoridad de Puertos de Nigeria (NPA), situada en la calle Marina, donde los bomberos trabajan para intentar contener las llamas, sin que por ahora haya informaciones sobre víctimas.

Asimismo, han sido incendiadas la vivienda de la madre de Sanwo-Olu, y las oficinas de la cadena de televisión Continental, vinculada al exgobernador del estado Bola Tinubu, quien es además un alto cargo del gubernamental Congreso de Todos los Progresistas (APC).

CONDENAS INTERNACIONALES

Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha pedido "máxima contención" a las fuerzas de seguridad tras los "múltiples muertos y heridos" en la represión de las protestas y ha reclamado "el fin de la brutalidad policial y los abusos".

Así, Guterres solicitó a las autoridades "que investiguen estos incidentes y hagan rendir cuentas a los responsables", según ha dicho su portavoz, Stéphane Dujarric, quien ha incidido en que los manifestantes deben protestar "pacíficamente" y "evitar la violencia".

"El secretario general anima a las autoridades a explorar rápidamente vías para rebajar las tensiones y reitera la disposición de la ONU para apoyar esfuerzos nacionales destinados a lograr una solución", remarcó.

Por su parte, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, condenó el uso excesivo y desproporcionado de la fuerza y ha pedido medidas para hacer frente a las reiteradas violaciones de los Derechos Humanos cometidas por las fuerzas de seguridad.

"Pese a que el número de víctimas del tiroteo en Lekki, en Lagos, aún no está claro, hay pocas dudas de que es un caso de uso excesivo de la fuerza que ha provocado muertos por fuego real a manos de las Fuerzas Armadas nigerianas", explicó.

"Las informaciones sobre que las cámaras de seguridad y las luces fueron apagadas antes del tiroteo son aún más preocupantes, ya que, de ser confirmadas, sugieren que este lamentable ataque contra manifestantes pacíficos fue premeditado, planificado y coordinado", apuntó.

Bachelet ha recordado además que "Nigeria estaba ya en un punto de ebullición" antes de los incidentes "por las revelaciones sobre años de violencia incontrolada, incluidos supuestos asesinatos.

 
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