Las mascotas de la Reina inspira un filme animado

A estas alturas no es ninguna noticia la enorme pasión que durante su vida ha demostrado por los perros la Reina Isabel II. No debe de haber sido fácil para Su Majestad el último año, en el que ha tenido que despedirse de Willow y Whisper, los dos últimos corgis con los que convivía. Y es que el fallecimiento de ambos ha puesto fin a una generación canina que ha reunido nada menos que a 30 canes de esta raza con los que la Reina ha compartido su vida desde que su padre, el Rey Jorge VI, le obsequiara con su primer perro Dookie.

Su vínculo emocional con los corgis y los dorgis fruto de una relación que ha durado prácticamente toda la vida de la monarca es sinónimo de ejemplo a nivel universal. La última referencia de su unión llega de la mano del cine con la nueva película de animación Corgi: Un Perro Real. La cinta de TriPictures se ayuda de la comedia para adaptar el amor de la gobernante británica por sus corgis a través de la historia ficticia de Rex, uno de sus canes con los que comparte la rutina diaria en el palacio de Buckingham.

Rex no es uno más y como el corgi favorito de Su Majestad, disfruta de todo tipo de lujos al lado de su dueña. Unos disfrutes en su día a día que le han vuelto un poco arrogante y soberbio. Todo cambiará cuando sin pretenderlo, Rex cause un incidente diplomático que le cueste la traición de uno de sus compañeros, y tenga que vérselas como un perro callejero solo y perdido en la inmensidad de Londres, donde tendrá que sobrevivir para regresar a casa.

Pero la gran sorpresa ha sido la incorporación a la película de los máximos mandatarios estadounidenses. Nada menos que el presidente Donald Trump y la primera dama Melania (con versiones animadas muy logradas), partícipes ambos de ese encuentro político con la Casa Real británica que algo nos dice que puede ser el origen del conflicto en el que acaba viéndose envuelto Rex.