Carpas son “congeladoras humanas”

Las víctimas de la rotura de cañería que inundó sus casas, en la zona Valle de las Flores, “cobijadas” en carpas de camping, soportan temperaturas bajo cero y enfrentan ciclo de enfermedades respiratorias. Familias afectadas conviven sin privacidad y sin servicios básicos.

Las carpas del Valle de las Flores parecen campamentos de refugiados del continente africano. Indolencia de las autoridades, autoras de este nuevo hecho, condena a niños, madres y ancianos a sufrir el invierno paceño.

Las más de 77 personas que viven en las carpas instaladas por el Ministerio de Defensa viven en completa incomodidad y durante la noche y madrugada deben soportar temperaturas bajas que a diario va en aumento, debido a la proximidad del invierno, informaron a EL DIARIO los vecinos.

TESTIMONIOS

La señora Andrea Titirico, madre de familia, relató que pese a la cantidad de frazadas con la que cubre a sus hijos y con la que también se tapa ella, no es suficiente, pues el intenso frío no sólo provoca incomodidad durante la noche, sino también genera que los miembros de su familia puedan enfermar con resfrío.

“Los niños se enferman con el frío. En las carpas hace calorcito al mediodía, pero en las noches hace mucho frío”, relató Titirico.

Por su parte Pedro Visaluque Callata, quien habita el Macrodistrito San Antonio, desde hace 25 años, aseguró que vivir en una carpa si bien es un momento donde puede refugiarse momentáneamente, significa incomodidad debido a la privacidad que perdieron.

“A veces vivir en una carpa es complicado, a veces me da un poco de vergüenza porque todos nos miran cómo vivimos, ojalá podamos irnos pronto a nuestras casas. Soy de la tercera edad”, sostuvo Visaluque.

En una visita que realizó EL DIARIO al campamento donde se encuentran los damnificados, evidenció que en cada carpa viven hasta dos familias, quitando así la privacidad que tenían cuando habitaban sus casas.

Durante el día existen pocas personas que permanecen en las carpas, puesto que la mayoría debe ir hasta su fuente laboral o estudio; la mayor concentración de gente se da en la noche.

Según explicaron algunos vecinos, la noche no sólo es fría, sino también puede tornase peligrosa, en ese sentido la Policía Boliviana se queda en las noches para realizar el trabajo de patrullaje.

SONDEO DE OPINIÓN

Ernesto Choque:

“En las noches se siente mucho frío, en la carpa donde estoy vivimos entre ocho personas, somos puro familiares, temo que mi familia se enferme por el frío (…) Recuerdo la madrugada del jueves mi familia se salvó del agua, pero mis animalitos, mi perrito pequeño, mis gallinas, todos murieron ahogados, mis ropas y otras cosas más se perdió todo, ahora necesito ropitas para mi hermanita, necesito útiles”.

Jhanet Suluti Titirico:

“En la noche y en la madrugada se siente mucho frío, yo prefiero dormir en el piso, sobre un colchón, prefiero que mis hermanitos duerman en el catre porque todavía son niños y con tanto frío pueden enfermarse con resfrío o algo así. Ya está cerca el invierno y el frío entra más por los costados (…) La verdad quisiera irme a mi casa nomás, prefiero que no nos lleven a ningún lado porque luego nos van a dejar ahí”.

Pedro Visalluque Callata:

“Vivo 25 años en esta zona, mi casa está completamente destrozada, está en el suelo, ya no se puede vivir ahí por eso estoy en esta carpa, pero aquí hace mucho frío, como estamos cerca a la helada, en las noches ya no puedo calentarme y como soy de la tercera edad peor todavía. A veces quisiera irme a la casa nomás pero está derrumbada y tengo que resignarme nomás (…) pido a Epsas que agilice el trabajo”.